Cuando empecé a dar talleres, me dí cuenta de una cosa, que como padre, como madre, como profesor lo haces lo mejor que sabes pero que nunca te habías planteado o parado a pensar, como pueden afectar tus palabras a tu hijo, a tu alumno, entonces cuando conecto con como se siente, lo pongo en la piel de su hijo, que posiblemente la llevará durante días e incluso años en su cabeza, en su corazón y que cuando las dices, se piensa que te has hartado de él, que no le quieres....
Palabras y frases dañinas que te vienen de fábrica, por cultura, por como has sido tratado en tu infancia, como por ejemplo;
- Si no te acabas el plato, no vas al parque.
- Estoy harto de ti.
- Vete, fuera de mi vista!
- Siempre estas igual, eres un pesado!
Entonces, en ese momento, cuando te das cuenta, que te has pasado, dile;
- Cariño, no es tu culpa, yo también tengo mis límites, tengo que aprender de ellos, me enseñas tanto.
- Cuando me enfado, te quiero, te amo.
- Eres único, mi amor, mamá/papá, siempre estará aquí, para lo que te haga falta.
Y sobretodo párate a pensar;
¿COMO TE HUBIERAS SENTIDO, SI TU HIJO O ALUMNO TE LO DIJERA A TI?
Si te ha gustado, compártelo, así iremos mejorando el futuro.
Un gran abrazo,
Meritxell
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Habla desde el corazón